Desde que en mi adolescencia vi la película Regreso al futuro (Volver al futuro en Hispanoamérica) siempre soñé que algún día no lejano sería posible viajar a épocas pasadas para poder vivir en primera persona lo que ocurrió. La verdad, sigo teniendo ese sueño y son muchas las épocas a las que me gustaría viajar. Una de ellas es sin duda la Grecia Clásica. Esa época de la historia, entre los siglos V y IV antes de Cristo, donde nació la democracia y dominaban dos Estados rivales: Atenas y Esparta.
Esa época presenció el desarrollo de la filosofía, tras su nacimiento en el siglo VI a.C. con el paso de Mythos (explicación teológica o mítica de la realidad) al Logos (búsqueda de una explicación racional). Dio al mundo algunos de los filósofos más sabios e influyentes que jamás hayan existido, tales como los presocráticos (Heráclito, Parménides, Pitágoras…), los sofistas (Protágoras, Gorgias, Hipias…), o la decisiva tríada maestro-discípulo formada por Sócrates, Platón y Aristóteles.
De aquella época vienen también los preceptos de Delfos, un valioso legado de conocimiento que sabios de la antigua Grecia nos legaron. Entonces la educación moral de la juventud se realizaba por los paidagogoi y los paidotribes en una primera fase y seguía posteriormente con los oráculos, quienes además de manifestar el porvenir y la voluntad de los dioses, establecían un orden moral y asesoraban en los problemas de la vida cotidiana por los que se les consultaba.
De todos los oráculos, el más famoso en el mundo antiguo fue el Oráculo de Delfos. En el pronaos del templo de Apolo en Delfos estaban recogidos los principales preceptos morales por los que se debían regir los griegos, bien en los muros, el dintel e incluso en algunas columnas de alrededor del templo.
Son 147 los preceptos délficos, frases sencillas atribuidas a los Siete Sabios de Grecia: Tales de Mileto, Pítaco de Mitilene, Solón de Atenas, Bías de Priene, Cleóbulo de Lindos, Periandro de Corinto y Quilón de Esparta. Los más conocidos de los preceptos son los dos del frontón, referidos por Platón en su diálogo Protágoras:
Entre ellas, según Plutarco, quien fuera magistrado en Queronea y sacerdote del templo de Delfos, se situaba una tercera inscripción ?? ??????? ? (o ??), cuyo enigmático significado trató de descifrar en su ensayo ‘Sobre la E de Delfos’.
La admiración de los antiguos griegos por estas máximas del Oráculo de Delfos era tan grande que el poeta lírico Píndaro (522 a. C.) considera a los Siete Sabios los hijos del Sol, la luz que ilumina y guía al hombre en su camino hacia la virtud.
Vale la pena detenerse a leer algunos de ellos. Aquí pongo una selección de algunos que he podido recabar y que me hacen reflexionar cada vez que los leo.
Sigo releyéndolos con frecuencia y siento que son alimento para el alma. Tanto es así, que me gustaría invitarte recordarlos conmigo. Por eso he decidido publicar uno de estos preceptos cada jueves a través de mi cuenta de Twitter. De esta manera, durante 84 semanas, podremos recordar juntos la sabiduría de la Grecia Clásica. Por cierto, ¿conoces algún otro precepto del Oráculo de Delfos que podamos incluir en esta lista?
Sé feliz, P.
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2 Comments
Gran recopilatorio Pablo. Al final, todos los sabios orientales u occidentales dicen de una u otra forma lo mismo; que es lo contrario de lo que dicen y hacen los necios…
Por cierto, a partir de cierta edad, el precepto «Nada en exceso» se convierte casi una regla de vida…
¡¡A Aplicar toda esta sabiduría!!
¡Gracias por tu comentario, Ximo! Abrazo, P.