Realizo una búsqueda en Amazon de libros con la palabra clave ‘leadership’. Son 110.675. Si la concretamos un poco más y escribimos ‘leadership development’ entonces encontramos ‘solo’ 41.586 ¡Vaya alivio! Y es que es precisamente el ‘desarrollo del liderazgo’ la esencia de lo que hoy conocemos como ‘coaching ejecutivo’.
El coaching en general y el ejecutivo en particular han llegado a España (y a otros muchos países) con mucha fuerza y lo ha hecho para quedarse. Y aunque está de moda, no se trata en mi opinión de una moda pasajera. Coaching ejecutivo es, como apuntaba, sinónimo de ‘desarrollo del liderazgo’, de llevar a cabo un proceso de crecimiento personal para convertirse en mejor líder. Dijo Warren Bennis hace ya 25 años, en su magnífico clásico ‘On becoming a leader’, reeditado en 2009, que el desarrollo del líder se centra en conocerse a sí mismo, en saber quién es uno, conocer las fortalezas y debilidades, en saber qué se quiere realmente y por qué se quiere (conectado a claridad en el propósito), en saber cómo lograr las metas… y poner todo ello en práctica.
El modo en que una persona se desarrolla como líder es muy parecido al proceso para desarrollarse como ser humano. Desde mi punto de vista todos somos líderes, pues todos podemos y debemos decidir qué hacer con nuestra vida. Vida que no es dada (es un don) pero que no nos es dada hecha, como le pasa en gran medida al resto de seres vivos.
Pero no son solo los 25 años que han pasado desde el clásico libro de Bennis. Detrás del desarrollo del liderazgo está el aforismo ‘conócete a tu mismo’ (nosce te ipsum), inscrito en el pronaos del templo de Apolo en Delfos. Este aforismo se puede encontrar de una forma u otra atribuido a varios sabios griegos antiguos: Heráclito, Quilón de Esparta, Tales de Mileto, Pitágoras, Solón de Atenas, y cómo no, Sócrates. Se atribuye a Tales de Mileto la sentencia de que ‘la cosa más difícil del mundo es conocerse a uno mismo’.
Así que lo que hoy llamamos coaching ejecutivo es algo que ya existía hace más de 2.000 años, y que ha existido probablemente desde el inicio de la humanidad; en nuestra época y en el contexto empresarial se plasma en procesos de desarrollo del liderazgo, realizados individualmente o en equipo, donde personas que tienen la responsabilidad de dirigir grandes organizaciones se apoyan en profesionales expertos que les ayudan a realizar ese proceso de crecimiento profesional, que es obviamente también personal.
El coaching ejecutivo está aquí para quedarse y me atrevo a decir que aun hoy, en 2014, esto no ha hecho más que empezar. Será sin duda una pieza clave e imprescindible para la mejora de la calidad directiva en España, en la que hemos perdido muchas posiciones en el ranking internacional como con frecuencia suele denunciar mi admirado Juan Carlos Cubeiro desde su tribuna. El coaching ejecutivo ya es, y lo será mucho más, fundamental para la transformación positiva de nuestras organizaciones y de todo el país.
¿Qué piensas tú? ¿Es una moda pasajera? ¿Está para quedarse?
Sé feliz, P.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.
ACEPTAR
4 Comments
Es evidente que se puede sintetizar proteínas en el laboratorio, al final los huevos te los puedes comer de muchas maneras, con chorizo, con patatas..
A mi me gustan los de Corral!
Sentido común ?
Ser Humano no es una moda, se llame coaching, se llame lazarillo,el nombre no hace la cosa.
Felicidades.
Gracias, Pere, por tu contribución.
Comparto plenamente la esencia de tu artículo. Sin un trabajo consciente y con coraje de descubrimiento, y de instrospección, no conectaremos con nuestra autenticidad, y sin ésta, el liderazgo personal no es posible…
Siento que el coaching ejecutivo es un magnífico trabajo, que tiene un gran impacto en la humanización de las organizaciones, en hacer «país», y porqué no, en mejorar poco a poco el mundo.
¡Gracias por compartir esta reflexión!
Gracias a ti, Ximo. ¡Ojalá podamos compartir trabajo juntos pronto!