Ser un líder no es ser el jefe ni dar órdenes, mandando o diciendo a otros lo que deben hacer. Y son muchos los que aun creen que sí. Este tipo de liderazgo tan limitado y basado en el ordeno y mando genera distancia y separación. Se trata de un enfoque transaccional, cuando el auténtico liderazgo es relacional. Es un liderazgo miope donde uno debe tener todas las respuestas y tomar decisiones brillantes. El error no es una opción posible.
Estos líderes se aíslan con frecuencia porque la distancia es su modo de mantener la autoridad sobre los demás. Demasiada cercanía supone perder esa autoridad. Ellos tienen la responsabilidad de las grandes decisiones, y aunque pueden recibir opiniones de otros, son los únicos que toman la decisión final evitando parecer débiles o flojos de carácter. Esto es lo que comparten Karen y Henry Kimsey-House en su último libro Co-Active Leadership: Five Ways to Lead (Liderazgo Co-Activo. Cinco Formas de Liderar) cuando hablan del viejo liderazgo desde el frente.
Liderar desde el frente de modo auténtico y poderoso es crear una experiencia de inclusión y conexión con la gente que te rodea a la vez que articulas una dirección clara y con propósito. Estos líderes dan un paso al frente porque tienen un compromiso fuerte a obtener lo mejor de los demás entorno a una visión inspiradora.
Es un liderazgo que se enfoca en los resultados a conseguir, en la tarea y el proceso, pero que no por ello renuncia a la pasión, a la emoción que permiten una auténtica colaboración, creatividad y conexión. Es un liderazgo que requiere corazón, vulnerabilidad, valentía y un compromiso enorme.
La transparencia es otro activo de este liderazgo desde el frente. La transparencia crea conexión, confianza y compromiso en los demás. Es tan rara en nuestros días que a muchos les asusta y la rechazan. Y cuando se utiliza crea un impacto brutal. Nada crea más confianza que un líder que dice la verdad y habla sin tapujos. No se trata de compartir montones de información personal. Sino de hablar con cabeza pero desde el corazón. Actuar con honestidad y autenticidad. Sin pretender ser lo que uno no es.
Si se comete un error es importante decir ‘me he equivocado y voy a asumir la responsabilidad de este error de este modo’. Este tipo de honestidad es fundamental para crear un clima de seguridad, apertura y libertad para equivocarse y aprender de esos errores.
Y este liderazgo actúa desde la esencia, que significa que está conectado con un propósito y unos valores propios, que mantenemos con integridad ante todo tipo de adversidades, y que se proyectan en una visión valiosa e inspiradora. Y que se proyecta en servir a los demás, como modo de no caer en el fanatismo.
Y la conexión con esta esencia se fundamenta en un gran conocimiento y dominio de sí mismo, que paradójicamente es poseído por líderes con una humildad y consciencia que les lleva a sentir con aceptación y serenidad que no se conocen ni se dominan lo suficiente. ¡Ay de aquellos que creen, y hasta osan decir, que se conocen muy bien!
Sé feliz, P.
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1 Comment
Gracias de nuevo Pablo. Qué ilusion cada vez que recibimos una nueva píldora por tu parte. Sigue presente!!