Hace un par de días me preguntaron si yo hacía coaching digital. Tal cual. Coaching digital. Es un buen amigo de hace años y le pedí que me explicara qué era eso del coaching digital. La anécdota me sirve para compartir que hoy se califica como ‘coaching’ muchísimas actividades relacionadas con cualquier tipo de asesoramiento. El término está de moda, parece que vende, y por tanto todo es coaching.
Yo no pretendo arrogarme la exclusividad de este anglicismo. No soy quién para pontificar lo que es coaching y lo que no lo es. Lo que sí puedo, debo y quiero compartir es lo que yo hago, lo que nosotros desde AddVenture hacemos.
Nosotros desarrollamos líderes. ¡Chúpate esa! ¡Y me quedo tan tranquilo! Y no lo hacemos con políticos, por mucha falta que nos haga. Sino que lo hacemos con el colectivo de personas que ocupan una responsabilidad destacada como directivos o directivas en grandes compañías. Y al hacerlo con ellos, de paso y esto es lo mejor, también lo hacemos con nosotros mismos. ¿Qué es eso de desarrollar líderes?
Pues para nosotros consiste en estimular lo que se conoce como aprendizaje vertical. El aprendizaje vertical es la transformación de cómo una persona le atribuye significado al mundo (al interior y al que le rodea), de su manera de percibir, sentir y pensar. Incluye específicamente tanto el desarrollo de la complejidad mental como de la inteligencia emocional, que coadyuvan a una transformación también de tipo cognitivo y psicológico. De hecho el aprendizaje vertical, aunque no es automático, ocurre de modo natural, y puede ser estimulado, reforzado y acelerado en las circunstancias adecuadas. Existen cada vez más evidencias de que el cómo sabemos es tan importante o más que el qué sabemos.
Frente a este aprendizaje vertical tenemos el llamado aprendizaje horizontal. Es el conjunto de conocimientos y habilidades que adquirimos y recordamos operando desde un mismo nivel de complejidad cognitiva, emocional y relacional. Este aprendizaje es sin duda fundamental para nuestro éxito. Nos permite acceder a conocimientos relevantes y fundamentales así como adquirir habilidades funcionales, operativas. Es el que permite que la mayoría de los directivos con los que trabajamos hayan llegado hasta las posiciones de alta dirección que ocupan.
El aprendizaje vertical, por el contrario, nos permite ampliar nuestra perspectiva y de modo permanente ensancha nuestra conciencia, nuestra capacidad para darnos cuenta de diferentes asociaciones, perspectivas, detalles, sutilezas y conexiones no aparentes, permitiendo lecturas del contexto más completas y sabias, haciéndonos más hábiles para crear y desarrollar relaciones auténticas y de calidad. Nos permite ganar más serenidad y templanza, estando menos subyugados por nuestros impulsos o patrones reactivos.
Así que mientras que el aprendizaje vertical enfatiza el cómo, el aprendizaje tradicional –u horizontal–, pone el énfasis en qué es lo que un líder sabe o conoce. Ambos tipos de aprendizajes se combinan, se interrelacionan y potencian, y pueden desembocar en un desempeño extraordinario en situaciones extremadamente complejas y desafiantes. El problema surge cuando uno no es consciente de la importancia vital que tiene el aprendizaje vertical, cuando incluso se ignora o se obvia su relevancia, para enfocarse exclusivamente en la importancia de adquirir y acumular conocimientos y experiencias mediante el aprendizaje horizontal.
Y este ha sido el enfoque tradicional en el desarrollo de líderes. Aprendemos de los mejores profesores de la más elitistas escuelas de negocios cómo hacer una brillante due diligence para adquirir con éxito una nueva compañía, estructurando un sofisticado y brillante esquema financiero que permita la operación, pero nadie nos prepara sobre cómo liderar, relacional y emocionalmente, ese proceso para que genere auténtico alineamiento y compromiso en el nuevo equipo formado por adquirientes y adquiridos, y que haga viable y sostenible la operación, y que acabe realmente aportando valor en el sentido más amplio del término.
Por eso las grandes compañías ya incluyen en los currículos de sus universidades corporativas programas de aprendizaje vertical y por eso el coaching ejecutivo con un enfoque de aprendizaje vertical se está consolidando como la mejor inversión para altos directivos y sus comités de dirección, quienes ya cuentan con un brillante nivel en conocimientos y experiencias relacionados con el aprendizaje horizontal. El aprendizaje vertical es también el motor de la innovación.
Ya sea en un mundo analógico o en un mundo digital, la clave para crecer como líder radica en cómo gestionas tu aprendizaje vertical. ¿Cómo lo haces tú?
Sé feliz, P.
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9 Comments
¡Excelente! Muy bien explicado. Gracias Pablo.
Gracias, Ximo. Un cumplido que el reconocimiento venga de ti. Abrazo grande, P.
Gracias Pablo, me gusta tu planteamiento y es más, me resulta muy útil. Deseando leer el ensayo.
Gracias, en breve estará disponible.
Me parece interesante el tema, el cual día a día cobra mayor importancia en la vida profesional y personal.
Me interesa mucho el tema Pablo, sobre todo el aprendizaje vertical versus el clásico horizontal ya muy manido en las organizaciones, el cómo más que el qué del saber.. espero con ansia el ensayo que promotes !!
Querido Ramon, te aviso en cuanto lo tengamos. Abrazo, P.
Ramon, hace poco hemos sacado el ensayo. Aquí lo tienes:
http://www.slideshare.net/ptovar/aprendizaje-vertical-addventure-pablo-tovar-61288254
Abrazo, P.
[…] hace poco en este blog sobre el aprendizaje vertical, introduciendo el enfoque de transformación del liderazgo que seguimos en AddVenture desde […]