Apunté en esta entrada las seis razones por los que los clientes abandonan o tiran la toalla en un proceso de coaching ejecutivo para desarrollar su liderazgo. Ya he escrito en el blog sobre las tres primeras (ausencia de sentido de propiedad, subestimar el tiempo necesario y subestimar la dificultad del cambio). La cuarta es cuando clientes y patrocinadores tienden a subestimar las distracciones u objetivos en competencia que sin duda se darán cuando trabajas en un proceso de coaching ejecutivo con un líder senior.
Con cierta frecuencia los clientes me dicen de modo justificado algo así: ‘Te aseguro que me gustaría trabajar más en desarrollar mi liderazgo pero mi empresa/departamento/vida está en un momento crítico ahora. Creo que sería mejor parar y enfocarme en todo esto cuando las cosas estén más tranquilas.’
Un buen mensaje que podemos dar antes de empezar un proceso de coaching es: ‘no sé que imprevisto ocurrirá pero estoy casi seguro de que alguno aparecerá durante nuestro trabajo juntos’. Y estas tensiones pueden venir de crisis en negativo (algo que amenaza a la compañía) o de crisis en positivo (una oportunidad que llega y que requiere toda la energía para poder aprovecharla). En ambos casos es cierto que el corto plazo demanda una enorme cantidad de energía/tiempo del cliente que es difícilmente compatible con gran componente de orientación a medio plazo que caracteriza al coaching para el desarrollo del liderazgo.
Basándome en mi experiencia y a modo orientativo un cliente debe poder disponer de un 10% de su tiempo para el proceso de coaching. Esto representa un día cada dos semanas, dos días completos al mes o un mes en un año. Esa es su inversión en uno de los procesos de desarrollo más importantes que puede realizar en su vida.
Y ese tiempo de desarrollo se dedica fundamentalmente a realizar nuestras sesiones conjuntas, a analizar información que viene del diagnóstico realizado con varios instrumentos, a realizar lecturas seleccionadas y enfocadas necesarias para su desarrollo, a escribir y reflexionar sobre sí mismo y sobre su proceso de desarrollo del liderazgo, profundizando en sus insights, definiendo y redefiniendo su plan de acción a nivel estratégico y táctico, y a prepararse para las actividades que debe realizar para desarrollar nuevos hábitos.
Si un cliente no está dispuesto o no puede disponer de esa inversión de tiempo y energía es necesario gestionar bien sus expectativas con respecto al potencial del coaching, prever que el proceso puede ser más largo de lo previsto si desea conseguir un cambio real positivo y transformador, o incluso plantearle que se cuestione si le merece la pena embarcarse en el proceso.
Son varios los procesos de coaching que he interrumpido por cargas de trabajo sobrevenidas al cliente o por cambios personales que requerían de una dedicación extraordinaria y que limitaban su energía disponible. Sin duda estas interrupciones siempre tienen un impacto negativo, rompen el tempo o ritmo del proceso, aunque también es cierto que continuar con el proceso es una opción aun peor. Casi siempre han sido situaciones que han podido remontarse y donde hemos completado un proceso de coaching positivo y productivo tanto para el cliente como para su empresa.
Por otro lado también es cierto que a veces he animado a otros cliente a continuar a pesar de que ellos se han cuestionado si debían continuar por una crisis inesperada. Es difícil que en el mundo actual uno trabaje con un directivo senior al que en un año no le venga alguna crisis importante.
Es trabajo del coach también ayudar al líder a gestionar con eficacia distracciones inesperadas u objetivos en competencia que pueden aparecer en cualquier momento. La planificación de lo inesperado, por paradójico que pueda parecer, es una competencia clave en el desarrollo del liderazgo.
Así que esas situaciones son siempre también un muy buen material para el proceso de coaching, oportunidades de oro que permiten al cliente cuestionarse sus reacciones o patrones de comportamiento, y adquirir nuevos recursos para gestionarlas de un modo diferente al habitual, favoreciendo su aprendizaje y transformación.
Sé feliz, P.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.
ACEPTAR
1 Comment
Gracias Pablo, Me es muy util el tiempo estimado que han de dedicar los ejecutivos a su proceso de desarrollo. Y de acuerdo contigo en que hay que intentar continuar y si no ser honesto y levantar la mano. Un abrazo