¿Qué es el éxito? ¿Es convertirte en el mejor, en el número uno en aquello que haces? Hace pocos días hablaba con una amiga y admirada colega de Oxford Leadership. Y en un momento dado de la interesante conversación me dijo que yo era muy ambicioso porque quería convertirme en el número 1, en el mejor facilitador de programas de desarrollo del liderazgo o en el mejor coach ejecutivo.
Y debo reconocer que no es la primera vez que me dicen algo parecido. Y reconozco también que no me gusta. Y reflexioné sobre ello. Y la verdad es que sí soy muy ambicioso, sin duda. Ambicioso porque quiero mejorar, sentir que progreso, que puedo dar cada día una mejor versión de mí a los demás.
Y también es cierto que soy competitivo. Me divierte y motiva competir, compararme con los demás, contrastar mis fortalezas y debilidades con otros. Creo que es un excelente modo, de nuevo, de mejorar y progresar. Y parece que esta combinación de ambición y competitividad hace que otros me perciban a veces cómo alguien que trata de ser el número 1 en su profesión.
Sin embargo ello no es cierto. Mi objetivo no es ser el número 1 en nada. Y es así por varios motivos. El primero porque ser el número 1 es aceptar que son los demás los que juzguen si tienes éxito o no. Y eso es ceder tu poder más íntimo y auténtico, tu soberanía personal, a los demás. Es el camino seguro hacia la deriva. Solo tendrás éxito cuando los demás lo juzguen así. De este modo ser el mejor coach ejecutivo de España, por poner un ejemplo, es algo que no decido yo, que no depende de mí. Depende sobre todo de que otros lo consideren así.
En el brillante equipo español de Oxford Leadership somos como una veintena de facilitadores. Conozco con cierta profundidad profesional a más de dos terceras partes de ellos y en todos puedo encontrar cosas que admiro, cualidades más destacadas que las mías y cosas que pueden hacer mejor que yo. Me gusta verles trabajar y compararme con ellos para aprender, para mejorar, para progresar, pero solo para convertirme en el mejor facilitador que yo puedo llegar a ser, nunca para ser mejor que ninguno de ellos. Estar rodeado de gente muy buena hace más fácil que tú puedas ser un poco mejor cada día. Pero mi estándar de comparación para saber si tengo éxito es siempre interno. Sentir que aprendo y mejoro cada día es para mí tener éxito.
Así lo aprendí de uno de mis maestros, John Wooden, el mejor Coach de baloncesto universitario de todos los tiempos. Aunque no tuve la suerte de conocer personalmente al Mago de Westwood siempre ha sido una gran referencia inspiradora para mí. Decía que el éxito es alcanzar la tranquilidad de conciencia que es resultado directo de sentirte íntimamente satisfecho al saber que siempre das lo mejor de ti para convertirte en tu mejor versión. Y eso es algo que nadie puede juzgar por ti. Solo tú lo puedes hacer.
Coach Wooden siempre decía a sus jugadores de UCLA que lo importante no era ganar al equipo adversario. Lo importante realmente era que dieran lo mejor de sí en cada partido, que mejoraran, que se superaran, que hicieran las cosas lo mejor posible. Decía que es posible ganar un partido y haber fracasado porque no has dado lo mejor de ti; y que era posible perder y tener éxito porque te has superado y has dado lo mejor de ti. Y hablamos del único entrenador que ha ganado 10 ligas universitarias, siete de ellas consecutivas.
Y esta es también la perspectiva que sobre el éxito comparto con mis clientes. Compárate con los demás para aprender, para mejorar, para progresar, para superarte día a día. Y nunca juzgues tu éxito en referencia a otros. Siempre hay personas mejores que tú en cualquier disciplina o dimensión en la que te compares. Si, por el contrario, el éxito para ti depende de ser el número 1 lo que tienes garantizado es la frustración y la ansiedad permanentes. Incluso la envidia, el rencor y el resentimiento hacia los demás. Es el camino seguro hacia una vida miserable.
Sé feliz, P.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.
ACEPTAR
8 Comments
Hola Pablo, Me ha encantado, excelente reflexion, tienes toda la razon, el exito es ganarse a uno mismo y punto.
¡Gracias, Jesús!
Me ha encantado Pablo! Me hace reflexionar sobre lo constructivo de compararse y la necesidad de definir el propio éxito.
Así es querida Leire. Gracias por tu feedback. Beso.
Hola Pablo:
Me ha gustado el artículo; comparto comlpetamente todo lo que dices. Parafraseando a Marcelo Bielsa, apuntaría que el éxito es una excepción, lo importante es combatir y esforzarse.
Un abrazo
Gracias, Fran. Bielsa es ‘futbolero’ pero también nos sirve su reflexión… 😉
Buenísima reflexión Pablo. He conectado tu reflexión con la ambición. Cuando la ambición se enfoca en vencer al otro creo que no nos ayuda a dar lo mejor de nosotros. Nos tensiona en exceso y solo vale el éxito si estamos por encima de los demás. En cambio la ambición hacia el interior es ser inconformista con uno mismo y buscar dar el máximo. Preguntarse ¿estoy ofreciendo todo lo que tengo? Cuando damos todo lo que tenemos aparece la sensación de plenitud. Este es el mejor éxito. Sentirse utilizanod los talentos al servicio de nuestro Propósito. No hay mejor sernsación que esta creo.
¡Gracias, Dani!