Domingo, 9 de mayo, mediodía, compro la prensa española, El Mundo y El País, que encuentro en el Aeropuerto de Munich. Regreso del International Intensive Workshop in Systemic Constellations organizado por ISCA en el fantástico Kloster Bernried, y cuando aún estoy degustando las nutritivas e interesantes lecciones allí recibidas, me encuentro en El País con la esquela del profesor Miguel Siguán, fallecido el sábado.
Después de volverme al Kloster tras el cierre del Aeropuerto de Munich por la nube de ceniza, consigo que Lufthansa me reubique en un vuelo de ayer lunes. Y en el avión de regreso me encuentro con Mª Dolors Riba, mi querida profesora de la Facultad de Psicología de la UAB, a quien no veía desde hace unos 10 años. Le comento la noticia, que ella desconocía por haber estado desconectada en los últimos días, y con sorpresa ante la noticia me comenta que el viejo profesor, a sus 92 años, aun conservaba en buen estado sus facultades mentales.
¿Por qué escribo sobre Miguel Siguán? Su biografía así como reseñas de su fecunda y prolífica existencia se pueden consultar en Internet. Yo solo quiero dar testimonio de la inspiración que el profesor Siguán despertó en mí cuando empecé mi formación como psicólogo. Entonces, Siguán era ya profesor emérito. Y también era, con Mariano Yela, la referencia en España en Psicología del Trabajo y de las Organizaciones. Y ellos dos juntos con José Luis Pinillos, los tres padres de la Psicología española que aun estaban activos en la Universidad cuando yo estaba en las aulas, primero como alumno y luego como profesor ayudante. Ellos eran los maestros de mis maestros.
En 1934, antes de la Guerra Civil, Siguán empezó sus estudios de Filosofía y Letras (la carrera de Psicología, como tal, no existió en España hasta 1968, gracias, entre otros, a Miguel Siguán). En 1947 se fue a la London School of Economics, donde estudió psicología industrial, consiguiendo posteriormente su cátedra de Psicología en la Universidad de Barcelona en 1962.
Admiro a Siguán tanto por ser uno de los pioneros de la Psicología en España, como por su perfil renacentista: ha sido Don Miguel un hombre culto, gran estudioso de la psicología, filosofía, sociología, historia, política, lingüística… Como psicólogo, y también como persona, me siento tributario de Miguel Siguán. Descanse en paz, viejo profesor.
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