La felicidad se puede medir y desarrollar. Esta es una de las conclusiones principales de la llamada psicología positiva. He leído varios libros sobre el tema y uno de los que me parece más recomendable es La ciencia de la felicidad, de Sonja Lyubomirsky. Es muy práctico y riguroso. Todo lo que expone está fundamentado en rigurosa investigación empírica.
Psicóloga por Harvard y doctora por Stanford, la autora lleva más de 20 años investigando científicamente en qué consiste la felicidad y cómo la podemos desarrollar. De hecho su tesis principal es que la felicidad ni se busca, ni se encuentra, sino que se construye. Y en su libro encontramos 12 actividades que podemos realizar de modo deliberado para construir esa felicidad deseada.
Expresar gratitud es una muestra de aprecio por lo que alguien hace por nosotros. Una referencia en gratitud es el libro Gracias de Robert Emmons. En él cuenta que Cicerón decía que la gratitud no solo es la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás. Asociamos estar agradecido a conceptos como estar en paz, contento, cálido, amigable, gozoso; y desagradecido a conceptos como estresado, quemado o resentido. El impacto de la gratitud en el bienestar físico y psicológico es más que notable. ‘La vida es el primer regalo, el amor el segundo y el entendimiento el tercero’, escribió la poeta Marge Piercy. ‘Todos los bienes se ven mejor cuando se ven como regalos’, apuntó el prolífico Chesterton. Así que para ser más feliz proponte expresar gratitud varias veces cada día.
La segunda es el cultivar el optimismo, como estilo explicativo en general de la realidad. La referencia ahí es sin duda Martin Seligman y su libro Aprenda Optimismo.
Se trata de callar o silenciar el pensar una y otra vez sobre lo mismo. Ello solo lleva a estrés y confusión. Tampoco te compares con los demás, ya que las comparaciones siempre terminan haciéndote sentir mal; no a la comparación, sí a la admiración de lo bueno que tienen los demás. Si conoces a alguien a quien admiras intenta imitarlo, pero no culpabilizándote por no ser tan bueno como crees que es esa persona.
Se trata de ser amables, de practicar actos de generosidad. Como ejemplo, La senda del líder, del Dalai Lama y Laurens van den Muyzenberf. La verdadera felicidad consiste en hacer felices a los demás. Persigue un propósito de vida que esté alineado con ello. Y eso se puede hacer en cualquier profesión o actividad humana.
Se trata de cultivar relaciones positivas. Vuelve a contactar con algún buen amigo que hace tiempo no ves, invierte tu tiempo y pásalo bien con tus amistades, familiares, pareja, desde un lugar de honestidad, compañerismo y sobre todo disfrute. Recuerda que para que las relaciones sean positivas, siempre es necesaria cierta cuota de equilibrio entre el dar y el tomar, para que ninguno de los miembros se sienta mal.
La sexta práctica es lo que se llama resiliencia. El dolor y el sufrimiento es parte de la vida de todos; y es importante que tengamos la energía y los recursos suficientes para poder resolver de modo positivo los conflictos que nos surgen. Podemos generar estrategias para poder soportar mejor las situaciones estresantes y traumáticas. Las personas resilientes comparten siete cualidades: Iniciativa, Independencia, Introspección, Relación, Humor, Creatividad e Integridad.
Hasta aquí las primeras seis actividades. La semana que viene acabamos la serie de 12 ¿Te animas ya a empezar a construir tu propia felicidad? Por mi parte te agradezco que hayas leído hasta aquí y te lo agradeceré mucho más si generosamente compartes esta lectura con alguien a quien aprecies.
¡No esperes más para ser feliz!, P.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.
ACEPTAR