Abrazar es una grandiosa medicina. Transfiere energía y da a las personas que se abrazan un poderoso estímulo emocional. Un abrazo te hace sentir bien. Es una forma de comunicarse, de decir cosas que cuestan decir con palabras. Y además no puedes dar un abrazo sin recibirlo a la vez.
Me viene toda esta reflexión a raíz de un archivo que acabo de recibir de mi amigo y maestro, José Manuel Toledano. Lo adjunto aquí. En él sale la fotografía de un par de gemelos en su primera semana de vida que salió en el artículo «El abrazo del rescate». En principio cada uno estaba en sus respectivas incubadoras. Una enfermera, en contra de las reglas del hospital, puso a los bebes en la misma incubadora. Entonces, el mas sano de los dos, puso su brazo sobre su hermana, ‘abrazándola’. A partir de ahí, quien sabe si por estar juntos, por el abrazo o por otros factores, el ritmo del corazón del bebe más débil se estabilizó y su temperatura se normalizó. Ambos bebes sobrevivieron y el hospital cambió sus normas tras ver el efecto que se produjo el estar juntos los bebes.
Ser tocados por otros seres humanos no solo es bueno sino necesario para nuestro bienestar físico y psicológico. Tocar a otros es curativo, reduce el dolor cuando lo hay, alivia la depresión y la ansiedad, aumenta las ganas de vivir.
Recuerdo que mis dos hijos tuvieron ictericia al nacer y tuvieron que estar ingresados en neonatología, dentro de una urna de cristal con una intensa lámpara de luz que les bajaba la toxicidad en su sangre. Pues bien, la madre y yo íbamos al hospital siempre que nos dejaban, no solo a alimentarlos sino también a tocarlos y abrazarlos todo lo que podíamos. Estoy seguro que ello les ayudó mucho a superar esa trastorno que padecieron.
También en el libro ‘Sopa de pollo para el alma’ se refuerza la importancia de los abrazos. Relata la emocionante historia de un juez retirado, Lee Shapiro, que con los abrazos llega a impactar en la vida de enfermos terminales y personas socialmente desahuciadas.
Hagan la prueba. Abracen a otras personas solo durante una semana y verán el impacto positivo en ellos y en ustedes. Den varios abrazos al día, incluso a la misma persona. No renuncien a ello por tabúes, tópicos o creencias que nos limitan. ¡Pruébenlo y cuéntenme cómo les fue!
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