Escribí en la entrada anterior sobre cómo la paciencia mejora tu liderazgo. Afortunadamente, muchos de nuestros clientes en AddVenture están de acuerdo con ello y reconocen la necesidad de utilizar esta cualidad para transformar la cultura organizativa de sus empresas, implementando primero esos cambios en su propio comportamiento, en su Comité de Dirección.
La presión sobre las ventas, cuota de mercado y márgenes sigue y seguirá siendo enorme. Pero los buenos líderes no caen en la trampa de pensar que son los únicos objetivos. Es más, saben que esos objetivos solo tienen sentido, y se consiguen mejor, si son resultado de una cultura de liderazgo más creativa, más saludable y más empoderadora.
Equipos y empleados más satisfechos y comprometidos mejoran la empresa y aumentan sin duda las oportunidades de alcanzar el éxito.
En este entorno con ritmos de cambio dramáticos, con disrupciones en casi todos los sectores, la paciencia es una cualidad esencial para permitir que las personas se adapten, puedan reciclarse y puedan convencerse de los beneficios para la organización y para ellos mismos de esos cambios necesarios.
También nos encontramos casos de equipos de dirección en los que a pesar del compromiso del primer ejecutivo para transitar hacia una cultura más participativa, abierta y estimulante, este se encuentra con fuertes resistencias por parte de los supuestos beneficiarios del cambio. Son numerosos los que viven en la queja de estar sometidos a una cultura tradicional de baja participación y autonomía, pero que a la vez no desean asumir la responsabilidad de participar más y ser más autónomos.
Hemos sido contratados más de una vez para apoyar a ese director general en la transformación de su equipo de dirección, y a pesar del alineamiento entre él y nosotros, ha sido necesaria mucha paciencia para transformar su equipo en positivo. Y en esos casos no es infrecuente que también emerja la necesidad de incluir en el plan de transformación el reemplazo de algunas personas que no pueden realizar los cambios necesarios en su carácter.
La combinación de generosa paciencia e inquebrantable determinación es imprescindible para llevar a cabo estos necesarios procesos de transformación.
Resolver conflictos adecuadamente también demanda la paciencia para escuchar y resolver las dificultades, especialmente aquellas más centradas en la diferencia de personalidad. Ir a las causas raíz de los asuntos requiere no solo determinación, honestidad y valentía, sino también paciencia; al igual que la requiere también el encontrar las mejores soluciones viables.
La resolución de problemas cotidianos también se beneficia de la paciencia de las personas involucradas. En el caso del líder, debe poder evaluar con cierto rigor la situación, las posibles alternativas de acción y guiar a todos en el proceso dirigido a alcanzar una solución aceptable para la mayoría.
Acelerar estos procesos de modo impaciente, con frecuencia por falta de sensibilidad sobre el funcionamiento de los sistemas humanos, a menudo puede generar más dificultades que las del propio problema original.
Es un lugar común creer que el tiempo cura las heridas o pone a cada uno en su sitio. Son expresiones llenas de buenas intenciones, pero falsas y que pueden generar frustración. Sin embargo, el paso del tiempo sí permite que muchas cosas se aclaren y se puedan entender mejor. Por eso, siempre que sea posible, no hay que precipitarse con los juicios sobre algo.
Este es también el mensaje tras la conocida historia del anciano y su viejo caballo. Intentar sacar conclusiones demasiado pronto puede llevarte a la miopía. Implica que de inicio ya se tiene una buena perspectiva de la situación, cuando muchas veces no es así. Es mejor esperar antes de formarse una opinión, porque las cosas continúan desplegándose frente a nosotros de un modo que no podemos prever.
El paso del tiempo no es la panacea, pero sí ayuda a que conozcamos mejor la verdad. Cultiva tu paciencia frente a decisiones a tomar siempre que sea posible.
Llevar a cabo un proyecto empresarial, una visión para una organización, requiere planificación, asumir riesgos, comunicación, compromiso, motivación, determinación… Y requiere también paciencia, porque nada de lo anterior puede ser apresurado, precipitado.
Numerosas iniciativas organizativas acaban frustradas cuando los resultados son forzados demasiado rápido. Las prisas suelen crear resistencia y resentimiento. Y así es difícil conseguir buenos resultados. La paciencia es siempre un gran signo de madurez en un líder, afirma Glenn Llopis en Forbes.
Una dimensión esencial del rol de un directivo es la construcción de relaciones personales. Liderar es crear relaciones, y ello requiere mantener conversaciones periódicas que consumen tiempo. El desarrollo de relaciones poderosas, fundamento del trabajo en equipo, es un proceso lento y deliberado. Requiere de la paciencia para escuchar, ofrecer y recibir feedback, realizar coaching o mentoring con los colaboradores…
Es la confianza que se gana con estas actividades lo que permite a un equipo u organización conseguir resultados extraordinarios. La paciencia es una de las mejores herramientas de un líder para realizar el viaje que cualquier transformación empresarial requiere. Conseguir equipos alineados, inspirados y motivados es la gran recompensa que obtiene un líder por mostrar esta paciencia.
Cuídate, P.
En esta serie, ver también:
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