Hace algún tiempo me pidió un cliente y amigo que le recomendara un libro de liderazgo para regalar a su equipo por vacaciones. Mi recomendación fue La Paradoja de James Hunter. Libro ameno, de lectura fácil y ágil, pero con un mensaje clave para cualquier líder: la esencia del liderazgo no es el poder, sino la autoridad construida sobre la base del servir a los demás, del amor, de las buenas relaciones y del sacrificio personal. Concepto clásico donde los haya, aunque quizá un tanto reaccionario para los tiempos que vivimos.
Empieza Hunter el prólogo con una cita de Dale Carnegie que es toda un declaración de intenciones: las ideas que defiendo no son mías. Las tomé prestadas a Sócrates, se las birlé a Chesterfield, se las robé a Jesús. Y si no os gustan sus ideas, ¿las de quién hubierais preferido utilizar?
Efectivamente, el concepto del líder como servidor no es de Hunter. Como el autor dice ya está presente en filósofos clásicos y en tradiciones culturales muy antiguas. Sin embargo se acepta que fue Robert Greenleaf quien acuño la frase ‘el líder como servidor’ y la explicó con detalle en su ensayo ‘The servant as a leader” de 1970. Y dice ahí Greenleaf que el proceso ‘empieza con un sentimiento natural de que uno quiere servir, primero servir. Y ello le lleva a una elección consciente de aspirar a liderar’.
El libro de Hunter es la historia de John Daily, un ejecutivo, esposo y padre ‘desajustado’ que casi en contra de su voluntad acaba en un retiro de una semana en un monasterio Benedictino. Allí se da cuenta de que va a recibir unas lecciones de un monje, Simeón, quien fue una leyenda de Wall Street a quien él admiraba y que un día ‘desapareció’ del mapa. El libro se lee de un tirón, por ejemplo en un vuelo transatlántico, y tiene su gancho. Procesarlo, interiorizarlo y practicarlo lleva toda una vida.
Hunter presenta varias ideas importantes en su obra, siendo una de las más destacadas la del conjunto de cualidades de su propuesta de liderazgo como servicio a los demás:
Estas cualidades, llevadas a comportamientos, le permiten a cualquiera servir y sacrificarse por otros. El líder servidor pone a un lado sus propios deseos y se enfoca en las necesidades legítimas de los demás.
Dirigir, liderar, consiste paradójicamente en servir a los demás. Un buen líder está pendiente de sus colaboradores, atiende sus legítimas necesidades, les ayuda a alcanzar sus objetivos y obtiene el mejor provecho posible de sus capacidades.
Dice también Hunter en el libro que ‘ser un líder eficaz es una habilidad que requiere compromiso, disciplina y la predisposición al cambio. Ninguna varita mágica nos proporciona todo lo anterior’. Y define liderazgo como ‘el arte de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro del bien común’.
El mensaje de La paradoja es válido para diferentes culturas, motivo por el que se han vendido varios millones de ejemplares de este libro en muchos países y en varios idiomas. Una buena lectura y un buen regalo para compartir en cualquier ocasión con los colaboradores de tu equipo u organización.
Sé feliz, P.
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2 Comments
Tremendo libro
Así es, Alex.