La primera vez que vi Gladiator (Ridley Scott, 2000) fue en un cine de Seattle, en un mítico viaje de ‘juventud’ que hice junto con mi amigo Ramon Prat, el año de su estreno.
Me encantó ver al australiano Russell Crowe caracterizado como general hispano de la Antigua Roma, leal nada más y nada menos que al estoico emperador Marco Aurelio sobre el que ya he escrito.
Aún recuerdo la estremecedora emoción que viví aquella noche con esta historia de liderazgo magistralmente combinada con una banda sonora sensacional. El ‘extremeño’ general Máximo Décimo demuestra que no le hacen falta ningún entorchado para ser un líder.
Bien como general, bien como esclavo, representa durante las más de 2,5 horas que dura la película 5 principios esenciales de un líder:
Los dos protagonistas de esta película representan nítidamente lo que son las dos caras del liderazgo.
Por un lado, está Cómodo, el emperador, es la máxima autoridad del imperio más poderoso de la época, el hombre más poderoso sobre la tierra, que precisamente lidera utilizando el poder que le otorga su cargo. Los que le rodean le obedecen por ese cargo que ostenta, por los beneficios que puede procurar graciosamente o por el miedo a lo que pueda decidir hacer con ellos. No hay lealtad auténtica hacia él, solo temor. Si no fuera el emperador nadie le seguiría.
Por otro lado, tenemos a Máximo, el general, convertido en esclavo y gladiador, y que por tanto no ostenta ningún cargo o función. Y a pesar de ello, enseguida se gana el favor de los demás gladiadores y se convierte de modo natural en su líder, por su autoridad. Le respetan por sus cualidades, por el honor que muestra, por su autenticidad. Confían en él y lo admiran.
En la escena donde los gladiadores deben luchar como grupo en el circo contra los aurigas, Máximo asume de modo inmediato el liderazgo, dando instrucciones claras que los otros gladiadores deciden seguir. Confían en sus capacidades y en que de este modo tienen más probabilidad de salir venturosos. En esta situación a vida o muerte se ponen en sus manos y le siguen.
Máximo, de este modo, llega hasta empezar a construir en ellos dinámicas de equipo. Y crea una conexión tan estrecha con ellos que más adelante cuando ya no necesitan apoyarlo o seguirlo, decidirán quedarse junto a él, incluso poniendo sus vidas en peligro. Hombres de dudosa reputación y lealtad acaban siguiéndole, aunque ya no haya beneficio alguno para ellos. Esta es la esencia del buen liderazgo.
Como Cómodo, muchos directivos que he conocido, utilizan las estructuras de ordeno y mando, más o menos sutilmente, y el miedo como base de la obediencia. Ello puede funcionar durante un tiempo; pero nunca promueven ni la entrega, ni el compromiso, ni la lealtad de la gente. Estos obedecen, o pretenden obedecer, porque no tienen una mejor alternativa. Tan pronto la tengan elegirán no continuar.
Y así se ve claro hacia el final de película. Cuando el emperador Cómodo queda desarmado y reclama la protección de su guardia, estos viéndolo sin su poder investido, deciden no ayudarle.
Para ser un líder debes ganarte el respeto de tu gente. Para que tu liderazgo sea sostenible y los que te rodean entreguen lo mejor, deben ser ellos los que te otorguen la autoridad. Cualquier otra cosa es débil y de corto plazo, basado en el poder tu cargo.
Después de verla en su estreno en Estados Unidos la he disfrutado un par de veces más. Vale la pena verla. Son muchas las enseñanzas sobre el liderazgo en esta más que entretenida película. ¡No te la pierdas!
Cuídate, P.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.
ACEPTAR
2 Comments
Hola Pablo, buenos dias, agradecido por este post, siempre siembras semillas de consciencia, siempre hay mensajes, me ha llamado la atencion los 5 items que marcas como principios esenciales de un lider, esos 5 pilares los cumplen perfectamente todos los dictadores de la historia de la humanidad, todos los mesias y personas con elevados grados de consciencia. Las narradores de la historia siempre han dejado su impronta subjetiva en las narrativas, las gestas epicas de la historia siempre han tenido su contrareplica en otros narradores que han visto otra historia, como seres vivos el principio geneticamente inherente es el de la supervivencia, cuando una persona se queda en un bando bien sea en el del emperador o en el del general han pasado por la balanza de la supervivencia donde ubicarse, luego estan las consideraciones eticas, jejeje.
Bueno Pablo, encantado de leerte, gracias por tu tiempo y experiencia que a todos nos enriquece.
Un abrazo. Alfonso.
Como Coach Organizacional Sistémico, entiendo que no dar lugar a un trabajador en un equipo, o provocar que se sienta rechazado no respeta desde la visión sistémica el derecho a pertenencia. Al no hacerlo el Emperador con su guardia genera una total desafección que le pasa factura en cuanto se puede manifestar. Por el contrario, el trato de respeto y de integración en un ‘equipo de trabajo’ de Máximo genera un sentimiento de pertenencia que va mucho más allá del objetivo inicial marcado, aportando mucho más que eso al colectivo. Debería servir de gran aprendizaje a las empresas que no quieran quedarse ancladas al pasado.
Gracias por tus aportaciones Pablo, me animan y ayudan a seguir en este nuevo camino que empiezo a trazar en mi vida.
Un abrazo, Jordi