Siguiendo con mi línea de comentar películas relevantes para el desarrollo del liderazgo y coaching ejecutivo, escribo sobre Coach Carter (Thomas Carter, 2005). Está basada en la historia real del gran entrenador de baloncesto del Richmond High School, Ken Carter.
Ken decide entrenar al equipo de los Richmond Oilers y, además de lograr un gran éxito deportivo, consigue transformar la vida de los jóvenes jugadores labrándoles un futuro académico y ayudándoles a madurar como adultos. Un gran ejemplo de la importancia de los compromisos y del respeto en el equipo, por encima de las individualidades.
La película muestra grandes lecciones sobre la disciplina, el trabajo en equipo, la responsabilidad, la humildad, etc. Además de mostrarnos la fortaleza interna del entrenador a la hora de ser fiel a sus principios y a sus valores, por encima de las presiones externas. Algo similar al profesor Keating de El club (o La sociedad) de los poetas muertos.
Destaco las siguientes cuatro lecciones fundamentales para un líder:
Los líderes promueven el cambio cultural del sistema con el que trabajan. Y las personas con frecuencia se resisten a este tipo de cambio. Por lo que algunas de las iniciativas de los líderes no son populares. Pero a pesar de ello no duda en empujarlas, en implementarlas con decisión, evitando la tendencia a querer agradar a su entorno.
Coach Carter sabe que su trabajo no es solo entrenar a unos chicos que juegan a baloncesto, sino que les empuja a ser mejores jugadores a la vez que estudiantes e incluso hombres. Y hace lo que sea necesario para ello, con convicción y determinación a pesar de la resistencia que encuentra en ellos. Sabe que es por su bien y, como es una película, al final se lo agradecen. En la vida real los líderes hacen lo mismo por convicción, sin esperar que algún día alguien se lo agradezca.
Relacionado con el apartado anterior, un líder lleva a su gente más allá de sus aparentes posibilidades. Creen en ellos más que ellos mismos y con esfuerzo y sacrificio les hacen llegar a ser aquellos que nunca fueron.
Coach Carter se encuentra un equipo con buenos fundamentos técnicos pero fuera de forma. Y a fuerza de mejorar esta forma física los lleva de un registro de 4 victorias y 20 derrotas en la temporada previa, a lograr casi estar imbatidos en la siguiente. Ello supuso para los chicos entrenar más duro que nunca antes.
Ser un líder implica con frecuencia enfrentarse a los demás, arriesgar tu statu quo en pro de tus creencias más fundamentales. Ser un líder no es fácil ni cómodo, y a menudo requiere una valentía a prueba de bomba para mantenerte firme en tus convicciones.
Coach Carter cree firmemente en que sus chicos son ‘estudiantes atletas’, con el énfasis en el sustantivo ‘estudiantes’ más que el adjetivo ‘atletas’. Así, cuando sus jugadores no alcanzan los resultados académicos esperados, el suspende el baloncesto y los partidos hasta que logren esos resultados.
Y esta situación le crea un conflicto serio no solo con los chicos sino también con sus padres y hasta con la dirección del colegio. Y Ken se mantiene firme en sus convicciones ante toda esa oposición, arriesgando lo que sea necesario por defender aquello en lo que cree.
La escena más conocida de la película, quizá la más emotiva y sin duda la más popular, es la que incluye la imprescindible cita de Marianne Williamson.
Aunque a mí me encanta la escena de las flexiones, esencial para saber lo que es un equipo de verdad. No te pierdas el último minuto y medio. Al acabar la escena se puede ver una ligera mueca de satisfacción en la cara del coach antes de girarse para irse.
Es una escena muy potente porque lo que ahí ocurre emocionalmente es algo nuevo para esos chicos. Todos ellos han cambiado. Ahí se convierten en un equipo, en el sentido más profundo del término. No dejes de compartirla con tu equipo.
Como decía el irrepetible Michael Jordan, durante mucho años de su carrera uno de los jugadores más individualistas que ha habido, ‘el talento individual gana partidos, pero el trabajo en equipo gana campeonatos’.
Son muchas más las enseñanzas del liderazgo de esta más que entretenida película. ¡No te la pierdas!
Cuídate, P.
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Un ejemplo de integridad