Hoy tengo para ti un regalo o un desafío, según lo mires. Se trata de aplicar sistemáticamente durante este mes la Consideración Positiva Incondicional en tus relaciones.
La Consideración Positiva Incondicional, CPI (o Unconditional Positive Regard, UPR) fue popularizada por Carl Rogers a partir de 1956. Él mismo atribuye su acuñación a Stanley Standal, quien en 1954 la incluyó en su tesis doctoral ‘The need for positive regard’.
Se trata de un concepto terapéutico que considera que una relación positiva entre terapeuta y paciente es una parte importante en un tratamiento eficaz (a diferencia, por ejemplo, del enfoque psicoanalítico). Rogers desarrolló su enfoque terapéutico centrado en el cliente basándose en cuatro competencias del psicoterapeuta: empatía, consideración positiva incondicional, congruencia y actitud frente a técnica.
Y en ese contexto definió la consideración positiva incondicional como la aceptación incondicional del paciente, como una actitud de genuino interés y aceptación de todo lo que dice y hace el paciente. Así se produce un contexto libre de juicio, crítica, evaluación, que posibilita la eficacia terapéutica.
Esta idea ha suscitado también notables controversias interesantes, sobre todo la de si es posible que ese respeto y aprecio tan genuino puede ser incondicional, y la de si es posible mostrarlo por cualquier persona.
Más allá de estas controversias, este concepto se mantiene vigente en algunos enfoques terapéuticos actuales y también se ha aplicado, con alguna variación, a otros ámbitos como el de la educación, la relaciones familiares y de pareja, y cómo no, el del liderazgo y la gestión de personas en las organizaciones. Y es en estos últimos donde yo lo utilizo más o menos explícitamente con muchos clientes.
En estos contextos la Consideración Positiva Incondicional implica 5 aspectos:
Es aquí donde vuelvo al reto que te propongo para todo el próximo mes. ¿Cómo sería tu vida, tus relaciones, si durante todo este mes aplicaras la Consideración Positiva Incondicional con todas las personas que te rodean? En especial, con tus familiares más cercanos, tus colaboradores, colegas, jefes, vecinos… ¿En quién te convertirías?
No digo que pensar eso de todos los que te rodean implique que estés en lo cierto; no que no lo estés. Solo me pregunto cuál sería el impacto en tus relaciones si la aplicaras durante el próximo mes. Y también el impacto que acaba teniendo en ti, en cómo te sientes. Quizá, quién sabe, una vez te des cuenta de ese impacto, decidas cambiar algunos aspectos de tu relación con los demás.
Sé feliz, P.
Ver también: https://www.pablotovar.com/mas-sobre-la-consideracion-positiva-incondicional/
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5 Comments
que bien me encantan los Miércoles con Pablo! Ya esperaba tu escrito. 0pero vaya reto nos lanzas.. Como si septiembre no fuera ya bastante retador! Y me parece muy buena ide, es algo que aplicó de forma fácil con mis clientes y en cambio me cuesta en lo personal. Allá voy! Gracias Pablo
[…] que arrancamos el curso con fuerza. En esta semana he recibido muchos comentarios por mi entrada de la semana pasada sobre la Consideración Positiva Incondicional (CPI), más que nunca antes. No sé si ha ocurrido por el interés del tema tratado, porque genera cierta […]
Gracias por lanzar el guante Pablo y bienvenido de nuevo con tus inspiradores post. Acepté el reto (no es fácil neutralizar esos juicios !!) pero un mini mantra mental antes de cada conversación ayuda. De hecho, poca gente creo que inicie una conversación con una mala intención….creo que estamos todos demasiado defensivos por heridas pasadas… Me apunto al reto y a ver si consigo convertirlo en hábito. Feliz curso Y CPI !
Gracias, Beti y Joan. Abrazo, P.
Querido Pablo, recogiendo el guante lanzado he tenido presente este mes la CPI (aunque luchando en ocasiones con la REA – Represión de Estrangulamiento Autoinhibida) 🙂
Sin bromas…la experiencia es sin duda positiva, y el simple hecho de recordar un cierto mantra antes de enfrentarnos a ciertas conversaciones (que es el reto, no la persona) me ha ayudado a tener menos juicios infundados.
Creo que también verbalizar nuestras intenciones ayuda…»se que no dices esto para fastidiar» «estamos trabajando del mismo lado», etc. Cada persona es un mundo y no podemos (ni debemos) cambiarles, así que mejor ser más conscientes de cómo podemos ir con la mejor disposición a cada conversación importante. A ver si lo convierto en hábito…
Salud