Escribí la semana pasada sobre una cualidad esencial para llevar tu liderazgo a un nivel superior. Para llegar a ser un buen líder es imprescindible comprender las perspectivas que tienen los demás. Hasta que no sabes de verdad cómo ven el mundo los demás, tienes escasas posibilidades de influenciarles o de aprender de sus perspectivas. Y este último aspecto nos da la clave para desarrollar esta habilidad. Tu motivación no debe ser convencerles de nada sino ver qué puedes aprender con humildad de su visión de la situación. Y, paradójicamente, ello te acaba dando poder y te permite ejercer una gran influencia sobre los demás.
Te sugiero que hagas el siguiente ejercicio. Identifica un asunto importante que te preocupa y sobre el que existen perspectivas distintas e incluso enfrentadas. Dedica unos minutos a pensar en todas las personas involucradas o afectadas y en las perspectivas posibles. Seguro que estarán aquellos que apoyan tus ideas y aquellos que se oponen. Estarán aquellos que consideras que son ‘los buenos’ y los que consideras ‘los malos’ (o como poco ‘los equivocados’). También estarán, seguramente, aquellos que no tienes claro dónde están, que los ves confundidos o que te despistan a ti. Puedes coger una hoja y hacer un esquema o mapa de todos ellos, agrupándolos de acuerdo a varias variables: cómo se aferran a sus ideas o están más abiertos, cuáles son sus motivaciones principales…
Al hacer este ejercicio es muy posible que empieces a ver conexiones interesantes, nueva información relevante, y puedes empezar a comprender mejor las diferentes perspectivas involucradas, comprendiendo bien las que son similares a la tuya, pero también aquellas diferentes, que precisamente por ello puedes haber simplificado o caricaturizado previamente. Trata de profundizar en estas últimas perspectivas. ¿Qué ocurre realmente ahí, con esas personas? Muestra curiosidad e interés en aprender de ellos, y evita el sentimiento de contrariedad por el hecho de que te están ‘haciendo la puñeta’.
Buscar y asumir perspectivas múltiples significa recordar que hagan lo que hagan otras personas suelen hacerlo porque creen honestamente que es lo mejor que pueden hacer. Idea que está conectada con la Consideración Positiva Incondicional (CPI). En lo cotidiano podemos considerar que cada persona es el héroe de su propia historia, y aquellos que tratan de impedir o frustrar sus deseos son vistos como los villanos. Por extraña que nos parezca el comportamiento de los demás, es muy probable que esa persona perciba su comportamiento como razonable y hasta heroico.
Esta idea del héroe nos ayuda a comprender perspectivas múltiples y nos ayuda a tener conversaciones más eficaces. Cada vez que encares a una persona que cree tener un comportamiento heroico desde la consideración de que no va por buen camino, tus posibilidades de éxito tienden a cero. Pero si puedes llegar a ver y comprender al héroe en la historia de esa persona, entonces tendrás una comprensión diferente, renovada tanto de la persona como de su historia. Tendrás más opciones para interactuar y conectar con ella.
Volviendo al ejercicio propuesto arriba, cuando tengas a todas las personas involucradas, lo primero que debes hacer es buscar al que de modo más relevante y molesto te ha estado contrariando en ese asunto, alguien de quien no te fías o al menos de quien te cuestionas sus motivaciones reales, quizá porque solo piensa en sí mismo o porque para ti es ‘demasiado algo’ (demasiado racional, demasiado emocional, demasiado interesado en el dinero, demasiado cortoplacista…).
Intenta construir su perspectiva, qué historia puedes elaborar desde su perspectiva para que sus argumentos sean perfectamente lógicas y razonables. No sirve si lo haces desde tu perspectiva (por ejemplo, creo que es egoísta y estúpido y por eso este es el argumento estúpido y egoísta que él cree cierto). Tiene que ser una frase que la otra persona pudiera considerar como suya, que podría decir en una conversación. Algo que sea congruente con lo que ha expresado en otras ocasiones.
La primera vez que intentas algo así puede parecerte imposible o que estás perdiendo el tiempo. ¿Cómo voy a crear una perspectiva razonable de alguien que es tan egoísta o ‘limitado’? Así lo he experimentado con clientes y conmigo mismo. Pero si persistes, como quien hacer ejercicio físico, empezarás a sentirte diferente, con una mente más flexible y abierta conforme vas asumiendo las perspectivas diferentes de otras persona que piensan de un modo muy diferente al tuyo.
Y una vez que eres capaz de elaborar varias historias que te parecen lógicas y razonables sobre personas difíciles para ti, entonces serás capaz de elaborar y asumir perspectivas múltiples sobre casi todo lo que veas. Cuando una persona de tu equipo bostece en una reunión ya no será automáticamente una falta de interés o que le aburra soberanamente lo que dices. Habrá muchas otras perspectivas que te vendrán.
Y esto hará que automáticamente (sin darte cuenta) seas más creativo, abierto, empático y compasivo. Son cuatro cualidades de las que vamos escasos hoy en día y que sin duda te harán destacar y ser mejor líder.
Sé feliz, P.
Extra: Otro buen ejercicio para aprender a ver a los demás desde otra perspectiva es el que nos propone Elizabeth Lesser en su charla TED: «Take ‘the Other’ to lunch» («Sal con ‘el Otro’ a comer»). Te recomiendo que le eches un vistazo.
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