Todos tenemos la experiencia de pertenecer a una familia, equipo u organización, y de ser conscientes de que en un momento dado hay temas de enorme importancia que están perjudicando seriamente la salud de ese sistema y debilitando la calidad de las relaciones, pero son temas de los que nadie se atreve a hablar. A cada uno de esos asuntos los anglosajones lo llaman ‘the elephant in the room’ (el elefante en la sala) porque es como si en una sala o habitación hubiera un elefante al que obviamente todos ven y sin embargo todos ignoran.
Otro término para expresar lo mismo es mokita, palabra de la lengua Kivila que se habla en Kiriwina, la isla más grande del archipiélago de las islas Trobriand en Papúa Nueva Guinea. Y significa ‘la verdad que todos saben y de la que prefieren no hablar’.
¿Qué hacer en esas circunstancias? Pues depende de cuáles son tus intereses como reflexionaba en su blog Neus Arqués ya hace un par de años. Ahora, si eres el líder de un equipo o una organización, entonces no hay ‘depende’ que valga. Tu obligación es velar por la salud de las relaciones y no hay excusas para actuar con autenticidad, valentía e integridad y poner el asunto sobre la mesa y gestionarlo. La confianza y la supervivencia misma del equipo están en juego.
Existen recomendaciones y habilidades para gestionar los elefantes. Ahora bien, mi punto siempre es que más importante que las habilidades o herramientas es el modelo mental o mindset desde el que operamos. Y para gestionar los elefantes existen dos perspectivas opuestas:
1.Perspectiva individual
Es la más habitual y la peor para gestionar los elefantes. La que rompe más relaciones y equipos. Desde esta perspectiva se supone que existe una respuesta correcta ante cada situación y hay personas que la entienden y otras que no la entienden o no quieren entenderla. Y no entenderla es algo reprochable. Es la perspectiva que daña las relaciones a largo plazo.
Suposiciones clave | |
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Los asuntos | Solo hay una respuesta correcta |
Cualquier persona racional puede ver que mi posición es la correcta y la tuya la equivocada | |
Tu posición no es razonable; no lo entiendes | |
Las personas | Como no lo entiendes, debes ser ‘limitado’ (irracional) o malo (egoísta) |
Eres el único responsable del desencuentro | |
Debes cambiar para que nuestra relación mejore | |
Hasta que no cambies, no vale la pena seguir invirtiendo en esta relación |
Un ejemplo conocido del impacto de esta perspectiva es el fracaso en la relación que se dio entre Steve Jobs y John Sculley en Apple hace 30 años. Sculley dijo en una entrevista en 2010: ‘Estoy convencido de que si Steve no hubiera vuelto, Apple sería historia. Hubiera desaparecido, sin duda’. Lo que no dijo es que si ambos no hubieran fracasado en su relación y Sculley no hubiera despedido a Jobs en 1985, Apple no se hubiera estancado durante 12 años, y Jobs no hubiera tenido que volver a rescatarla de una desaparición segura.
Lo que empezó como un idilio entre dos tremendos talentos complementarios que iban a cambiar el mundo acabó con una batalla en la que ambos, cegados respecto a sus propias carencias, se acusaron mutuamente de ser un lastre para la empresa y ninguno pudo convencer al otro de nada. Jobs acusaba a Sculley de no proporcionar suficiente liderazgo a la compañía; Sculley acusaba a Jobs de intromisión en asuntos que no eran de su responsabilidad. Ambos estaban convencidos de la culpabilidad del otro e hicieron lo posible para quitárselo de encima. La empresa con más éxito de la historia casi desaparece por ello. Y lo que le pasó a Jobs y Sculley no es algo extraordinario; pasa cada día muy cerca de nosotros cuando no a nosotros mismos.
Solo en las relaciones entre líderes más maduros y diestros vemos otro tipo de perspectiva basada en suposiciones radicalmente diferentes.
2. Perspectiva relacional
Es menos común. Mucho más eficaz para gestionar elefantes. Se basa en el supuesto de que personas diferentes ven las cosas de modo diferente, y donde construir una sólida base común se consigue tras explorar a fondo las diferencias fundamentales. Y la fortaleza de las relaciones y la confianza determinarán cuán rápido y eficazmente se conseguirá esa sólida base común. Los líderes que utilizan esta perspectiva utilizan la tensión del momento para forjar relaciones más fuertes, para aumentar la confianza en el sistema.
Suposiciones clave | |
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Los asuntos | Cada uno ve cosas que los demás no ven |
Las personas razonables pueden disentir razonablemente | |
Los asuntos complejos son inherentemente frustrantes; dirige tu frustración hacia el asunto, no hacia las personas | |
Las personas | Tu éxito depende de las relaciones clave, que son un activo estratégico que necesita inversión constante |
Ambos somos responsables para asegurar la fortaleza de nuestra relación | |
Una base sólida común solo se consigue tras explorar y compartir nuestras diferencias | |
Hacemos todo lo que podemos dadas las circunstancias y necesitamos la ayuda del otro para hacerlo mejor |
¿Qué relaciones críticas tienes en tensión? ¿Cuál es tu responsabilidad en ello? ¿Cómo podrías cambiar tu perspectiva para afrontar esos elefantes en la sala?
Sé feliz, P.
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7 Comments
Tu reflexión me viene de perlas en un momento como el actual, Pablo. Me has despejado la mente. Gracias por referenciar y ampliar la conversación sobre elefantes. Un abrazo
Gracias a ti, Neus. Sigue inspirándonos cómo lo haces para desarrollar nuestra identidad en las redes. Abrazo, P.
Pablo, muchas gracias por la perla de esta semana. Sin duda alguna que todos tenemos o podemos tener elefantes tanto a nivel personal como profesional, sólo hace falta ser conscientes de ellos, hoy nos los han recordado tú, para que los gestionemos y nos pongamos manos a la obra para solucionarlos.
Feliz Miércoles,
Antonia
Gracias, Antonia. Cuesta un montón la gestión de elefantes. El día a día nos aprieta a todos, los elefantes crecen (no solo los enanos) y nuestras relaciones y equipos acaban resintiéndose, muchas veces sin remedio. Y mientras tanto seguimos pedaleando no se sabe dónde. Abrazo, P.
[…] vez de evitar ‘los elefantes en la sala’, el consultor al desnudo se mete en medio de esas situaciones (en mi caso, casi siempre sin […]
[…] vez de evitar ‘los elefantes en la sala’, el consultor al desnudo se mete en medio de esas situaciones (en mi caso, casi siempre sin […]
si hoy tengo un elefante en mi sala y el cambio empezo por mi asisto a un grupo de doce pazos y entendi q el cambio empieza por mi yo personalmente no puedo cambiar a ninguna persona cada uno es responsable de su cambio y para mi vivir bien significa asumir mi responsabilidad gracias