Vivimos tiempos turbulentos en todo el mundo, con graves problemas que nos denigran, humillan y destrozan como humanidad, con una manifiesta carencia de un liderazgo ético, moral y humano. Nos gustaría salvar el mundo, pero todos tenemos una habilidad sin igual para ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Recientemente en uno de mis grupos de Whatsapp, algunos de mis compañeros de primaria argumentaban con pasión que ‘las multinacionales’ (así, sin precisar mucho más a qué nos referimos con este término) son intrínsecamente malas, perversas y opresoras del ser humano. Destrozan el medio ambiente, evaden impuestos, explotan a los trabajadores, engañan, estafan o envenenan a los clientes y no sé cuántas cosas más.
Y en estos momentos donde cada vez veo más gente enfadada con las multinacionales, con la corrupción, con la indecencia o sectarismo de los políticos, con cómo se trata a los refugiados sirios, con los recortes en el estado de bienestar, con los desconsiderados vecinos de la escalera…, me viene a la memoria el magnífico discurso que ese gran líder que fue Vaclav Havel dio ante el congreso de los Estados Unidos en 1990. Aquí tienes este interesante discurso completo y a continuación selecciono un fragmento:
Hasta que el ser humano sea ser humano, la democracia será, en el sentido pleno de la palabra, sólo un ideal al que, igual que al horizonte, uno puede acercarse con más o menos dificultad, pero que nunca alcanzará. Por eso también ustedes solo se acercan a la democracia. Afrontan miles de los más diferentes problemas, como todos los países. Pero tienen una gran ventaja: siguen continuamente acercándose a la democracia más de doscientos años y su camino nunca ha sido interrumpido por un sistema totalitario. (…)
El sistema totalitario de tipo comunista causó a nuestras dos naciones, a los checos y eslovacos, como igualmente a los pueblos de la Unión Soviética y a otros países que la Unión Soviética avasalló hace tiempo, un sinfín de muertos, una gama inconmensurable de sufrimientos humanos, un profundo atraso económico y, sobre todo, una humillación inmensa del ser humano. Causó horrores, que ustedes por suerte desconocen. (…)
Todos nosotros tenemos que aprender muchas cosas de ustedes, desde cómo educar a nuestros hijos, cómo elegir a nuestros parlamentarios, hasta cómo organizar nuestra vida económica para que conduzca a la prosperidad y no a la miseria. (…)
Nosotros también podemos ofrecer algo: es nuestra experiencia y el conocimiento derivado de ella. (…) Es un tema para escribir libros y numerosos ya fueron escritos y muchos otros será escritos. Por eso me limitaré con una sola idea.
La experiencia específica de la que estoy hablando aquí me ha dado, entre otras, una seguridad firme: la consciencia precede la existencia y no al revés como aseguran los marxistas. Por lo tanto también la salvaguarda de este mundo humano no se encuentra en ninguna otra parte sólo en el corazón humano, en la prudencia humana, en la humildad humana y en la responsabilidad humana.
Sin una revolución global en la esfera de la consciencia humana, tampoco en la esfera de la existencia humana cambiará algo hacia lo mejor, y el camino de este mundo hacia una catástrofe, sea ésta ecológica, social, demográfica o civilizadora global, será inevitable.
Hace casi 2.500 años ya dijo Sócrates que una vida no sometida a revisión personal, a reflexión o examen no es una vida que valga la pena ser vivida. Así que la mala noticia es que nuestro principal problema está dentro de cada uno de nosotros. La buena noticia es que precisamente por eso está completamente en nuestras manos el poder resolverlo.
Y en El archipiélago Gulag otro crack como el premio Nobel de literatura Alexander Solzhenitsyn escribe: ‘Todo sería muy simple si en un solo lugar hubiera personas malvadas que llevan a cabo, insidiosamente, actos viles. Bastaría con separarlas de los demás y destruirlas. Pero la línea que separa el bien y el mal pasa por el corazón de cada ser humano. Y, ¿quién está dispuesto a destruir una parte de su propio corazón?’
Por eso hago el trabajo que hago. Mi camino personal de mejora, interminable, lo recorro en parte apoyando a líderes empresariales a transitar el suyo con determinación y coraje. Es una manera sensacional de mejorarse uno mismo.
Algunos creen que me dedico a desarrollar líderes mediocres para ayudarles a ser buenos líderes. No es así. Lo paradójico de mi trabajo es que solo aquellos que ya son muy buenos líderes se atreven con ello; ya tienen el nivel de consciencia suficiente para darse cuenta, como Havel, Sócrates y Solzhenitsyn, de que deben ir más allá y conseguir niveles extraordinarios de liderazgo en beneficio de sus organizaciones, de su entorno y de ellos mismos.
Cuídate, P.
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1 Comment
Pablo, buenos dias, mucho se ha escrito sobre terminos como amor, consciencia, paz, todo ello no son mas que meros relatos de experiencias personales, ¿que es la consciencia? ¿ que es ser humano?, tendemos a racionalizar estos terminos en busca de ideales de desarrollo duales, se trata de ser no de comprender. Este apasionante tema que has tocado no es mas una de los billones de luchas internas de cada ser con la que deberia de ser.
Agradecido de estas hermosas y pragmaticas semillas que nos ofreces incondicionalmente, cuidate.